La atención al menor es la principal demanda que plantea Salud Mental España tras hacer público este informe que pone los derechos humanos en el centro, porque “el sistema chirría por todos lados”. La pandemia puso de moda un problema de salud mental que también ha empeorado con esta crisis sanitaria, pero al menos ha hecho visible una serie de vulneraciones de derechos humanos que comienzan a edad temprana, sobre todo con el acoso en las aulas, las adicciones en la infancia y adolescencia y la falta de educación emocional. Por todo ello, es necesario pasar ya del pensamiento a la acción, e incluir siempre en ese proceso la perspectiva de género. 

 

Las denuncias que traslada el ‘Informe sobre el estado de los Derechos Humanos en salud mental, 2021’, de Salud Mental España, tienen un hilo que las une, y es que todas ellas suponen una vulneración de los derechos humanos, y así lo señalan en Salud Mental España, que advierten que, por esta razón, “requieren un estudio a fondo para abordarse con el rigor necesario y adoptar las medidas precisas en cada caso”.  

 

 

Pero si algo es destacable en este informe, que elabora Salud Mental España por séptimo año consecutivo, es el énfasis puesto en la importancia de la salud mental en la infancia y adolescencia: “Es un asunto al que damos singular importancia y que señalamos todos los años en nuestros informes sin excepción, porque hablar de infancia y adolescencia es hablar de prevención. Se trata de poner el foco en un sector de la población especialmente vulnerable y del que se habla más que se hace y cuya desatención está en el origen de múltiples problemas, muchos muy graves, en la edad adulta. Es una problemática que se retroalimenta y ya es el momento de ponerle fin”, apuntan en Salud Mental España.

 

En este sentido, insisten en la necesidad de poner fin a la violencia y el acoso escolar, puesto que “está constatada la relación entre el acoso escolar y el suicidio infantil”, denuncia Salud Mental España. En esta confederación abogan por: “Aprobar e implementar políticas y normas que protejan a los menores de la violencia en las aulas y reforzar las medidas de prevención y respuesta en las escuelas; crear campañas de concienciación y mecanismos adecuados para que la sociedad respalde a los estudiantes que denuncian actos de violencia, trabajando para cambiar la cultura dentro de las aulas y en las sociedades y comunidades; recabar mejor información en el entorno escolar y compartir esos datos entre todos los actores implicados, e impulsar políticas de prevención y promoción de la convivencia en el ámbito escolar”.

 

En la misma línea preventiva de atención a la infancia y adolescencia, Salud Mental España informa del “creciente problema de las adicciones con o sin sustancia en la infancia y adolescencia; en el caso concreto de los videojuegos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado la dependencia a esta forma de ocio, como un problema de salud mental, de hecho, en su última versión de 2022, la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) incluye el Trastorno de juego (adicción a los videojuegos)”. 

 

Finalmente, respecto a este sector de la población, Salud Mental España reclama también que se incluya una asignatura de educación emocional en la enseñanza: “Para que ningún niño, niña o adolescente con problemas de salud mental vea mermado su derecho a la educación por la carencia de recursos en los centros educativos”. Además, consideran importante que se implemente en todas las escuelas "medidas de concienciación y capacitación sobre diversidad sexual, tanto para personal como para estudiantes y favorecer el apoyo familiar como factor clave para la recuperación de muchos problemas de salud mental que afectan a las personas LGBTI a causa de la discriminación o la intimidación a la que se ven sometidas, proporcionando información, formación y recursos".

 

 

Aunque sabemos que la Covid-19 ha puesto en primer plano los problemas de salud mental, lo cierto es que “no ha contribuido a resolver los problemas, más bien al contrario, los ha exacerbado”, afirman en Salud Mental España. “De momento, se habla más que se hace, pero precisamente porque se habla, esperamos que se haga, más pronto que tarde, lo que se necesita e, incluso, urge. De lo que no se habla es como si no existiera, por mucho que la realidad sea tozuda y se nos ponga delante de los ojos en toda su crudeza. Necesitamos luz y educar la mirada para poder ver. Por eso tenemos esperanza, porque se advierten grietas en los muros de silencio. Grietas que van a permitir pasar la luz y de ahí a lograr que la mirada sea capaz de ver lo que hay detrás, ya hay menos distancia”.

 

Insisten en que se trata de poner luz a los espacios que permanecen en penumbra y es necesario un cambio de mentalidad que permita pasar del pensamiento a la acción. Por eso, en este informe, una de las sugerencias de Salud Mental España tiene que ver con la atención individualizada e integral de la salud mental en la etapa infantil y adolescente, y señalan como logro histórico la creación de la especialidad de Psiquiatría del Niño y del Adolescente a través de la aprobación del Real Decreto 689/2021, de 3 de agosto. Aseguran en Salud Mental España que “esta carencia, que nos situaba a la cola de Europa en esta materia, ha tenido efectos muy graves en la salud de niños, niñas y adolescentes, como la proliferación de malos diagnósticos, incremento de tratamientos inadecuados y recurso a la sobremedicalización”. De ahí que consideren necesaria la creación de una red específica y especializada de salud mental de calidad para la atención de 0 a 18 años, asegurando la accesibilidad y la equidad en todo el Estado. 

 

Finalmente, insisten en la necesaria perspectiva de género para “ampliar el ángulo de visión de la realidad”, con especial énfasis en la pedagogía de los agentes socializadores (sistema educativo, familia, medios de comunicación y grupo de iguales, entre otros) porque son los que están perpetuando los roles y estereotipos de una generación a otra. Y por supuesto, merece especial atención todo lo relacionado con las redes sociales y las nuevas tecnologías pues “pueden tener efectos beneficiosos o nocivos según la mano que las maneje, ya que el objeto en sí no es el problema, sino el uso que se le dé, por eso son tan importantes la educación emocional, el cuidado de la salud mental y la educación; hoy más que nunca”.

 

Según Nel González Zapico, presidente de Salud Mental España, es fundamental ampliar la óptica en la cuestión económica y pensar en el bienestar desde la comunidad; contemplar los derechos del bienestar económico a partir de una necesaria sostenibilidad del planeta, cumplir y hacer cumplir los derechos humanos tomando como punto de partida los recursos comunitarios, ciudades habitables, ciudades verdes, consumo responsable, etc. “Si puedo salir a la calle, pero no tengo una sombra donde sentarme a charlar con una amiga, o si tengo mis derechos reconocidos, pero luego me encuentro con un ambiente hostil y violento, ¿de qué me sirven esos derechos? Es necesario un cambio de modelo, más respetuoso con el entorno, porque el futuro del planeta también afecta a nuestra salud mental”, expresó González Zapico en la presentación del informe.